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Juventud Sanmarquina y Covid-19

  • Foto del escritor: Lucia Huamalies Buendia
    Lucia Huamalies Buendia
  • 26 ago 2022
  • 2 Min. de lectura

José Marti dijo una vez “La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad, y de la viveza, de la imaginación y el ímpetu”, como estudiantes de la primera universidad de America no puedo estar más de acuerdo con el poeta cubano; San Marcos, casa de estudio que ayudó en la formación de los más reconocidos intelectuales del país, donde se han tomado decisiones importantes para la nación, donde nace el compromiso con la sociedad y el desarrollo cerró sus puertas por más de dos años.


El motivo, a inicios de diciembre del 2019 en Wuhan, un pueblo chino hasta ese momento desconocido por occidente, había surgido una nueva enfermedad, similar a una gripe pero con el doble de letalidad y contagio, no pasaron muchos meses y Perú tuvo al paciente cero.

Luego vino una cuarenta que comenzó con dos semanas se extendió a dos años, durante dos años, en el que muchas cosas cambiaron y otras desaparecieron. Entre ella está la interacción social presencial y el aislamiento. Y la educación estuvo allí, durante dos años estudiantes y docentes estuvieron comunicándose a través de una pantalla.


Y en ese tiempo pasaron muchas cosas, se formaron amistades, se dieron discusiones, se compartieron diversas opiniones en una universidad donde convive la multiculturalidad.

Pero, siempre estaba esa inquietud, "se que esta bien, pero, cuando nos veamos será mejor", promesas que con el tiempo comenzaron a desesperar y tocar con la salud mental.En 2021, un estudio del Consorcio de Universidades reveló que el 39% de estudiantes tuvo síntomas de depresión severa durante la pandemia y que cerca del 31% pensó en el suicidio.


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Cuando abrieron sus puertas fue como un nuevo mundo, sobre los que habíamos comenzado a estudiar durante la pandemia, me sentí como cachimba, y este es mi tercer año estudiando, al fin pude entender la tan famosa frase, vivir el espíritu Sanmarquino. Estar en las mismas bibliotecas donde nacieron las tesis de Varela, Vargas Llosa, Brice Echenique, gusanear para alcanzar cupo en el comedor, el almuerzo, asistir a las ginkanas, apoyar los partidos de mi base, y ni hablar de las clases, todas las ideologías, culturas y pensamientos de estudiantes de varias partes del país, San Marcos era el Perú.


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Sin embargo aún estamos bajo la amenaza de volver a educarnos a través de una pantalla, el brote constante de la covid-19 y la aparición de una pandemia, nos susurran que estamos lejos de que todos volverá a la normalidad.Entonces, ¿qué atención se le estando a la salud mental?, si se prioriza que se salvaguarde la salud física de los estudiantes, se está olvidando todo lo que el covid causó, el estrés por la incertidumbre, el distanciamiento social, el aislamiento y la cuarentena, están afectando seriamente la salud mental de quienes ahora, deberíamos estar inhalando conocimiento y expulsando pensamientos críticos en un mismo ambiente.


Es triste que lo dicho por Marti ahora resuene como un eco imaginario del cual no estamos listos o no se le presta atención, y no estamos creciendo el gran ímpetu que el poeta cubano menciona, porque uno no crece a través de una pantalla, nuestras habilidades académicas lo hacen a través de la interacción directa en vivo y en un mismo espacio.

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También puedes escuchar este artículo en nuestro podcast a continuación:



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